martes, 15 de septiembre de 2009

LLEGADA A CALIFORNIA (USA)


Vista de Boston a la llegada a su aeropuerto

SEVILLA (ESPAÑA)- SAN DIEGO (USA).


10-09-2009.


Un nuevo viaje ha comenzado a las “américas”, al crisol de las culturas, donde los contrastes, como siempre, son la tónica dominante.


Pues eso, que volvemos a los EE.UU. Esta vez nuestro destino ha sido San Diego, al sur de California. Un total de 20 horas de viaje desde Sevilla a la perla sur de los EE.UU. Ese día nos despertamos a las 7,30 horas, para estar listos a las 8,30 e ir al aeropuerto. Un amigo nuestro, Mauri, y sin que sirva de precedente, llegó puntual para llevarnos a San Pablo. Allí cogimos nuestro primer vuelo a Madrid. De allí, tras una breve pausa, volamos a Boston, en el norte del país. Tras los preliminares, paso de aduana, y rutinarios controles de seguridad, esta vez con mucha cartelería sobre la gripe A, cogimos un nuevo vuelo. El anterior lo hicimos con Iberia, en un viaje cómodo que duró más de 7 horas, aunque la comida deja mucho que desear, pese a poder habernos tomado una cervecita fresca.


El siguiente trayecto, de más de 6 horas de duración, fue Boston-San Diego, cruzando diagonalmente el país de norte a sur. El vuelo fue incómodo, en una compañía americana. Los asientos ajustados, igual que el espacio. Dolores de piernas, hinchazón de tobillos, y algún que otro dolor en el cuello. Aunque lo peor fue el frío, aunque no me extraña, pues el el exterior estábamos a varios grados bajo cero. Nada nos dieron de comer, y nada pedimos, pues los precios de estos artículos son para tirarse de los pelos. Un “bocadillo” comprado en Boston fue nuestro alimento, junto algún refresco ofrecido en el vuelo.


Llegada a San Diego, California

La llegada a San Diego fue de noche, con espectaculares vistas de la ciudad iluminada desde el aire. Al fondo Tijuana (Mexico), a menos de 10 millas. Aquí nos recogio Don y Barbara, tíos de Anna, después de degustar un cigarrillo profundamente. De aquí a un centro comercial, con el aire acondicionado demasiado fuerte, para comprar algunas cosillas, y de allí a Poway, algo más al norte de San Diego, donde residen los tíos de Anna.


Anna a su llegada a San Diego

Tras breve visita de la casa, en una urbanización de los años 60, una cervecita bien fresquita fabricada en San Diego, fuimos a la cama, aunque yo no tenía demasiado sueño, pues para mí eran las 7,30 de la mañana hora española, momentos en los que yo ya llevo treinta minutos para ir al trabajo. Y es que aquí, hay 9 horas de diferencia con respecto a nuestro horario.

Mi primera cervecita en California, hecha allí


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