Bueno, a este tema le dedicaremos con más tiempo y en otro lugar de este blog mayores comentarios. Con todo, adelanto algún aperitivo de lo que espero sea un estudio más profundo de mi estancia en EE.UU.
En todos los supermercados, tiendas o comercios que he estado por ahora, la tónica dominante, como ya sabemos, es la escasa o nula presencia del aceite de oliva. Con creces los aceites vegetales, sobre todo el de girasol y las mantequillas, son las grasas preferidas por los estadounidenses para cocinar.
En lo que respecta a la presencia del aceite de oliva, hay que decir que en la mayoría de los casos ni especifica la procedencia, si son vírgenes, extras o lampantes. Sus etiquetas son muy parcas a la hora de definir sus propiedades. Hay botellas que hablan de aceites “mediterráneo”, sin especificar su procedencia. Hay otros que dicen que son producto de la mezcla, como los cafés, de los mejores aceites de Italia, Grecia, España y Túnez. Otros solamente dicen aceite de oliva y punto, sin más explicaciones.
Llama la atención la presencia importante de los aceites italianos, que en la mayoría de los casos suelen ser ¿vírgenes extras?, pero con una acidez superior al 5 % ¿eh?. Cuando un aceite es bueno se suele especificar el lugar de procedencia –Toscana, Sicilia, Módena, ...- y su precio sube como la espuma, que va desde los 18 $ a los cerca de 30 $ por 75 cl. En generallos aceites de oliva son caros.
Ni que decir tiene a los habitants de las zonas de olivar, que la mayoría de estos aceites proceden a “granel” de España, y que son envasados y etiquetados con marca italiana o companies exportadoras estadounidenses.
Sobre el aceite español, como ya digo, prácticamente no existe. Hay uno que dice proceder de “Spain”, de dudosa calidad, pues parece que es comprado en grandes cantidades por compañías de USA, envasado – y mezclado con no se qué – y embotellado bajo marcas “blancas” o genericas.
"Olive Oil". Spain.
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